Luis E. Juan

Crítica discográfica


    SHOSTAKOVICH: Sinfonía núm. 8. Orquesta Filarmónica de Berlín. Dir.: Semyon Bychkov. 62' 32". DDD. PHILIPS, 432 090-2.

    Compuesta en 1943, la Octava es la segunda de las llamadas "sinfonías de guerra" que Shostakovich escribió en pleno fragor de la II Guerra Mundial, aunque, respecto a la anterior, esta Octava es mucho más doliente e introspectiva. Se diría que si la Séptima representa el lado épico de la guerra, la Octava es la traducción musical del horror. Acida y estridente, es una obra en la que no caben las medias tintas y cuya interpretación obliga a una clara toma de postura por parte del director. En este sentido, Bychkov opta por la línea "amarga y desolada" frente a otras versiones más "duras" pero, lamentablemente, a su lectura le falta coherencia: parece no haber sabido digerir las extremas contradicciones, los radicalmente opuestos elementos que la Octava contiene a lo largo de sus cinco movimientos y, aunque el discurso sea correcto en todo momento, al concluir la audición queda un poso amargo, pero también un "...perdón, ¿cómo ha dicho?" flotando en el aire. LEJ.

    Interpretación: * * * Sonido: * * * *

    (Revista RITMO No. 642. Abril 1993)


    LISZT: Via Crucis; Ave Verum; Salve Regina; O Salutaris. Roland Conil, piano. Conjunto Vocal Musicatreize / Roland Hayrabedian. 55' 47". DDD. CALLIOPE, CAL9225

    ABISMOS. Solamente acude a mi memoria una experiencia musical tan estremecedora como la audición del presente disco: la escucha, en la más completa oscuridad, de las Variaciones Op. 30 de Anton Webern (!). Ambas tienen en común la fascinación de los abismos, su desnudez sonora absoluta, sin asideros donde reposar el oído ni la más leve concesión al oyente. Junto al Via Crucis de Liszt, cualquiera de las Pasiones se nos podría antojar lujuria sonora. Sólo el coral "O Haupt voll Blut und Wunden" (el famoso coral de La Pasión según San Mateo), emergiendo como un oasis en el centro de la composición, nos presta fuerzas para seguir adelante. Sobre la interpretación basta decir que corta la respiración y que me sería imposible imaginarla de otra manera, tal es el grado de identificación que surge de las dieciséis voces que, acompañadas por el piano de Roland Conil (y nunca un acompañamiento fue mejor expresión de la soledad), cincelan este abismo sonoro. Excelente la dirección de Hayrabedian, tanto aquí como en las tres preciosas piezas "a capella" que completan el disco. Y excelente toma sonora, redondeando un disco que no dudo en recomendar especialmente a quienes sólo conozcan al Liszt de las Rapsodias Húngaras y de los Estudios de Ejecución Trascendente. LEJ.

    Interpretación: * * * * * Sonido: * * * * *

    (Revista RITMO No. 650. Enero 1994)


    MAHLER: Sinfonía núm. 6; Preludio Sinfónico. Royal Scottish National Orchestra / Neeme Järvi. 79' 28". DDD. CHANDOS, CHAN 9207

    ¿MUSICA PURA O MAHLER "LIGHT"? Lo primero que sorprende de este registro son sus duraciones y ello por dos motivos contrapuestos: sus casi ochenta minutos lo sitúan en el límite tecnológico del CD y, sin embargo, Järvi despacha la Sinfonía Trágica en apenas setenta y dos, once menos que Abbado y Bertini (por citar dos versiones no especialmente morosas), dejando sitio incluso a un Preludio Sinfónico de resonancias brucknerianas y más que dudosa paternidad. ¿Que qué hace Järvi?. Pues no una lectura apresurada, como cabría deducir de lo anterior, sino una interpretación brillante y de un solo trazo, exenta, eso sí, del morbo que parece ir indefectiblemente unido a la sinfonía más psicoanalizada del músico austríaco y servida por una Royal Scottish verdaderamente portentosa. No quisiera entrar en la polémica de si es o no lícito interpretar determinada música abstrayéndose de toda información que no sea la estrictamente contenida en la partitura (ya de por sí prolija en el caso de Mahler). Prefiero limitarme a gozar con esta aproximación que muchos tal vez tacharían de descafeinada porque entre las líneas del pentagrama sólo ha querido ver esos pequeños círculos blancos y negros llamados notas. ¿Música pura o Mahler "light"?. Confieso que no he podido resolver el dilema, pero, en cualquier caso, la versión de Järvi es fascinante. LEJ.

    Interpretación: * * * * * Sonido: * * * * *

    (Revista RITMO No. 651. Febrero 1994)


    WEBER: Sonata en La Bemol Mayor; Seis Sonatas, Op. 10. Emmanuel Pahud, flauta. Eric Le Sage, piano. 61' 42". DDD. AUVIDIS VALOIS, V4751

    LA TEORIA DEL ECLIPSE. "¿Por qué Karl-Maria von Weber no ocupa un lugar eminente en el Panteón musical, como le correspondería?", se pregunta Jean Gallois en el comentario (en castellano) que acompaña al disco. Quizás simplemente porque tuvo la mala suerte de ser contemporáneo de Beethoven, cuya alargada sombra se proyecta inevitablemente sobre ese período musical a caballo entre los siglos XVIII y XIX. El caso es que entre la extensa y variada producción de Weber, además de óperas y conciertos que han alcanzado cierta estima, yacen obras "menores" como estas Seis sonatas progresivas y, especialmente, su Gran Sonata Op. 39 (escritas originalmente para violín), que son un derroche de invención melódica, frescura y buen oficio y a las que basta una interpretación convencida y entusiasta, como la del presente registro, para transformarse en música deslumbradora. LEJ.

    Interpretación: * * * * * Sonido: * * * * *

    (Revista RITMO No. 674. Marzo 1996)


    RAVEL: La obra para piano, Vol. 1: Gaspard de la nuit; Preludio; Minué sobre el nombre de Haydn; Juegos de agua; La tumba de Couperin. Hüseyin Sermet, piano. 58' 56". DDD. AUVIDIS VALOIS, V4755

    TECNICA vs. POESIA. ¿Dónde termina el sutil mecanismo del autor de "La Hora Española" y empieza la poesía sonora del de "El Niño y los Sortilegios"? A veces, como ante el presente registro, es difícil hallar la frontera que en Ravel separa una técnica instrumental de verdadero orfebre de esa música que parece ocultarse pudorosamente tras las rejas del pentagrama. La técnica de Hüseyin Sermet es tan increíble, su dominio del teclado es tan inapelable, que uno sucumbe sin remedio al embrujo de una interpretación en la que cada sonido parece haber sido pulido individualmente antes de ser engarzado en el tiempo con la precisión de un relojero, pero también acaba haciéndose sin remedio la pregunta que encabezaba estas líneas. En cualquier caso, bienvenida sea una nueva integral que, como mínimo, es capaz de provocar una reflexión sobre las esencias de la música. LEJ.

    Interpretación: * * * * Sonido: * * * * *

    (Revista RITMO No. 677. Junio 1996)

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